Qué dulce es tu nombre

Qué dulce es tu nombre, oh Jesús,
Bonanza has puesto en mi corazón;
Tu muerte en la cruz, me trajo salvación,
Por fe voy caminando en tu luz;
Mis penas arrojaste en la profundidad,
Jamás de ellas te acordarás;
Tu sangre me limpió de toda iniquidad,
Y estableció en mi tu verdad.
Qué dulce es tu nombre, oh Jesús,
Tuviste de mi alma compasión;
Llenaste de salud, todo mi corazón,
Por tu misericordia y virtud;
Un cántico de gracia, siento yo en mi ser,
Tu senda para mi es un placer;
Mis ojos puestos hacia el cielo pueden ver,
 La gloria de tu grande poder.
Qué dulce es tu nombre, oh Jesús,
Eterno será el gozo en tu mansión;
Moradas de gran júbilo y de plena luz,
Allá no habrá más tribulación;
Por tu misericordia hazme conocer,
Tu voluntad para florecer;
Conforme a tu promesa sé que has de volver,
Por tanto, no me dejes caer.