EL SEMBRADOR
Un cierto día un hombre humilde estuvo aquí,
De mirar tan tierno y dulce que nunca vi,
Su canto era una oración, y jamás oí otra canción como la de él.
2
Solamente hablaba de amor, cada gesto suyo era amor,
Y la paz el traía en su corazón,
Por esos cantos camino, y en las montañas predico su amor,
La luz brillo en la oscuridad, y el sol nació en cada corazón,
Que comprendió, que además de esta vida aquí,
Existe otra más allá, y así el morir para quien creyó nunca será el fin.
3
Todo lo que el aquí nos dejo no acabara mas a de seguir,
Por los lugares que el piso, nos dio el camino cierto hasta el fin,
Yo sé que un día el volverá, con mi señor vendrá a cosechar,
Lo que sembró, en rebozo llorar, y su palabra vio fructificar.